domingo, 31 de enero de 2010

ALUDES o AVALANCHAS: Medidas de prevención y supervivencia

AVALANCHES: Mesures de prévention et de la survie
AVALANCHES: Measures of prevention and survival

CAUSAS Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALUDES

Un ALUD o AVALANCHA ocurre cuando se produce la ruptura del equilibrio dentro una masa importante de nieve acumulada y ésta se desprende y rueda o se desliza en cascada por la pendiente de una montaña.

Ello está provocado por factores tales como: el mayor peso por sobrecarga del depósito tras nevadas copiosas, la subida de temperaturas o la lluvia que ocasionan su fusión y fluidificación (tormentas, vertientes iluminadas por el sol) el viento, los ruidos (disparos, explosivos), los temblores de tierra, el paso de personas o vehículos por zonas cercanas (esquiadores, alpinistas, motos de nieve) etc.

El alud inicial puede arrastrar en el descenso a otras masas de nieve, lo que va aumentando progresivamente su tamaño y su velocidad.

Las grandes avalanchas, si la pendiente es muy inclinada, pueden deslizarse a importantes velocidades y llegar a alcanzar los 350 km/h.
El material que se desliza (nieve, hielo, tierra, rocas, etc) suele estar acompañado por ondas de presión y vacío muy destructoras capacer de causar daños a cualquier obstáculo que encuentren en su camino (árboles, edificios, animales, etc) y causar la muerte a un ser vivo incluso antes de que lo alcance el propio frente sólido del alud.

Clases de aludes o avalanchas:

Aludes de nieve en polvo
Aludes de placas
Aludes de nieve húmeda
Aludes de fondo
Aludes superficiales
Aludes espontáneos
Aludes accidentales
Aludes provocados

Uno de los tipos de aludes más poderosos, destructores y espectaculares son las llamadas avalanchas de nieve en polvo constituidas por una mezcla/suspensión turbulenta de granos de hielo, nieve y aire (aerosol) que se forma a consecuencia de la grandes aceleraciones/velocidades que adquiere la masa deslizante al caer o rodar por zonas verticales o muy inclinadas. El ruido que producen suena como una fuerte tormenta de truenos.
Son los aludes más comunes y suelen causar muchas victimas.

También las llamadas avalanchas de placas, a menudo provocadas por los esquiadores y excursionistas, causan numerosas víctimas. Se producen cuando existen capas de nieve suelta subyacente sobre las que se superponen otras placas de nieve dura o en polvo que se movilizan de forma inmediata y rápida.

MEDIDAS PREVENTIVAS

Clasificación de riesgo de los aludes:

Atendiendo a su índice de posible peligrosidad, su tamaño y potencial destructivo, los riesgos de los aludes se clasifican en una ESCALA EUROPEA UNIFICADA DE RIESGO Y ALERTA cuyos niveles y colores indicativos en los mapas son los siguientes:

ÍNDICE 1
RIESGO: DÉBIL
C0LOR DE ALERTA: VERDE

Nieve estabilizada
Se puede practicar montañismo y esquí sin temor a peligros excesivos, salvo en zonas determinadas.


ÍNDICE 2
RIESGO: LIMITADO
COLOR DE ALERTA: NARANJA

Estabilización segun zonas
Riesgo de aludes limitados en algunas pendientes o lugares
Excursiones y esquí han de ser planificados, con itinerarios que eviten terrenos inclinados.


ÍNDICE 3
RIESGO: NOTABLE
COLOR DE ALERTA: NARANJA

Estabilidad débil especialmente en pendientes
Riesgo de aludes medianos y grandes en numerosas pendientes
Es peligroso el montañismo o el esquí fuera de las zonas permitidas.


ÍNDICE 4
RIESGO: FUERTE
COLOR DE ALERTA: ROJO

Estabilidad débil en la mayoría de las pendientes
Peligro de aludes medianos e importantes en numerosas áreas, que pueden producirse tanto de forma espontánea como por sobrecargas provocadas
Es peligroso el montañismo o el esquí salvo en las zonas permitidas: llanas o con pendientes moderadas (de menos de 20 grados de inclinación)
Es también peligoso transitar por sendas o lugares situados al final de las vertientes montañosas.


ÍNDICE 5
RIESGO: MUY FUERTE
COLOR DE ALERTA: ROJO

Inestabilidad generalizada del manto nivoso
Peligro de aludes importantes espontáneos en toda clase de terrenos inclinados
Se debe renunciar a cualquier actividad de senderismo, montañismo o esquí.


Los aludes producen cada año numerosas víctimas mortales.
La mayoría de ellas sufren los accidentes debido a conductas imprudentes protagonizadas especialmente por excursionistas o esquiadores con poca experiencia que desconocen los riesgos propios de las alturas y la nieve (apartarse de sendas o rutas seguras, esquiar fuera de las pistas señalizadas, etc)

Teniendo en cuenta que los aludes suelen repetirse en las mismas zonas es importante tener presente la historia orográfica y metereológica de cada lugar y adoptar una filosofía de prevención e informarse del riesgo probable mediante el estado del tiempo y de la nieve a través de las opiniones de personas expertas (Guardia Civil, Ayuntamientos, Estaciones de Esquí) y también de los boletines metereológicos.


El probable riesgo puede ser también evaluado a priori mediante determinados test o métodos como el Nivotest Bolognesi o el método de Werner Munter.


En lugares donde ya se han producido avalanchas o en zonas en las que el riesgo previsible puede alcanzar instalaciones o construcciones habitadas suelen planificarse determinadas medidas previas para disminuir el peligro: repoblación forestal, construcción o instalación de barreras o artificios similares para desviar o diseminar los posibles avenidas (muros, vallas, diques de frenado, viseras, rastrillos, paravientos, redes y cables de acero, etc) provocación de aludes controlados mediante explosivos, limitación de actividades en áreas peligrosas, prohibición de edificaciones, evacuación temporal de personas en periodos de alto riesgo, cierre de pistas o carreteras, etc.

Además de dichas medidas de prevención general, al desplazarse o practicar actividades deportivas en la montaña conviene planificar los itinerarios de marcha de acuerdo con las previsiones meteorológicas y de acumulación de nieve, eligiendo los las rutas más seguras asi como observar el terreno evitando las vías que pasen por zonas con señales de anteriores avalanchas que son apreciables por los daños causados en en suelo y en la vegetación; evitar tambien el paso por las proximidades o por debajo de cornisas con acumulaciones de nieve o hielo, o por acantilados, barrancos, etc.

Para atravesar zonas peligrosas se ha de actuar con prudencia minimizando las probabilidades de riesgo: procurando evitar los impactos físicos o sonoros, pasando sólo una o dos personas (separadas) cada vez y permaneciendo el resto en zonas seguras de observación para poder localizar a el lugar caso de que se produzca la avalancha y algún expedicionario quede sepultado.

Por ello no es aconsejable formar parte de grupos muy numerosos: el paso tumultuario y repetitivo aumenta las probabilidades de una avalancha (en el año 218 aC cuando el ejército cartaginés de Anibal cruzaba los Alpes, los aludes causaron la muerte a unos 18.000 soldados)

Tampoco se recomienda desplazarse en solitario ya que si el protagonista es atrapado nadie presenciaría el sepultamiento ni podría iniciar un rescate.
De todas formas conviene informar a familiares y/o amigos de la zona a la que uno se deplaza y llevar un teléfono móvil comunicando cualquier cambio o emergencia.

Asimismo hay que llevar el material adecuado según la duración y dificultades posibles.

(Ver más adelante la dotación de equipos profesionales y de rescate)

MEDIDAS DE SUPERVIVENCIA Y SOCORRISMO

Caso de vernos sorprendidos por el alud, hay que tratar de huir fuera de la zona peligrosa (es posible para un esquiador experto descendiendo velozmente en diagonal hacia la orilla exterior más proxima) y de no conseguirlo, deshacerse de los esquís y bastones y protegerse/agarrarse a rocas, árboles o minimizar el impacto echándose al suelo y proteger con las manos la cabeza y la cara (nariz, boca, ojos)

Tener en cuenta que, a veces, la enorme velocidad de la nieve y su volumen y composición (hielo rocas, troncos) tienen efectos fatales pero, si se está consciente tras el primer impacto o cuando ya ha cesado el movimiento de la masa de nieve, tratar de bracear/empujar/nadar, buscando la posición horizontal, para sobresalir y/o mantener un espacio o bolsa vital en la que poder respirar cierto tiempo bajo la nieve (algunos tipos de nieve son algo porosos y permiten cierta oxigenación) o conseguir sacar a la superficie un miembro u objeto para alertar e indicar el lugar a los equipos de socorro.

Cuando una persona queda sepultada por un alud, y no ha muerto al ser golpeada por mismo (como suele pasar en el 10/20% de los casos), sus posibilidades de supervivencia depende del tiempo que se tarde en desenterrarla: si se consigue antes de los 20 minutos existe el 90% de probabilidad vital, pero a partir de la media hora las posibilidades descienden al 30% o menos.

Las muertes se producen, además de por los traumatismos del impacto, por asfixia y por hipotermia.

Por ello, tan pronto como cese el peligro de la avalancha, es necesario auxiliar a la víctima/s de inmediato por sus propios compañeros o por las personas que hayan presenciado el hecho y puedan deducir su ubicación, ya que si se espera la llegada de refuerzos de socorro ajeno, seguramente ya será demasiado tarde.

No obstante conviene dar aviso por teléfono a los servicios de rescate para que acudan con más medios y un equipo de asistencia sanitaria.

Las víctimas enterradas deben buscarse no solo en el lugar donde un testigo indique que fué vista por última vez sino también por debajo de dicho punto siguiendo la linea descendiente del flujo del alud asi como cerca de rocas o árboles próximos que pudieran servir de obstáculo y en las zonas bajas o bordes del tramo final donde se detiene la nieve de la avancha (grietas, zanjas, barrancos, etc)

Una vez liberadas las víctimas - incluso tan pronto como pueda accederse a sus cabezas - hay que comenzar a aplicar los primeros auxilios (desobstruir las vías aéreas, respiración asistida, reactivación cardiorespiratoria, combatir las hemorragías, inmovilizar al sujeto si se sospecha que existen lesiones internas o de columna, fracturas, etc) y combatir la hipotermia.

Para los profesionales, equipos de rescate, alpinistas o esquiadores que deban transitar por lugares de riesgo existen numerosos utensilios y técnicas para aminorar el peligro a facilitar la supervivencia o localización de las víctimas (radio emisores o balizas de localización, faros, GPS, balones hinchables unidos al vestuario, air-bags, sondas, palas, etc.) siendo aconsejable ir provistos de los llamados ARVA : Aparatos de rescate de victimas de avalanchas que permiten la localización de los cuerpos sepultados.

Y también el dispositivo de supervivencia antialudes, con un sistema de respiración y ABS llamado AVALUNG


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1 comentario:

  1. Felicidades por tu blog, me ha parecido muy interesante tu última entrada sobre Aludes, ultimamente esta la cosa muy sensible por aqui, este año esta nevando muy raro, pero bueno simepre hay ricones que disfrutar del pirineo, jejeje ya te tengo fichado para inspirarme en alguna de tus escursiones, jejeje, como veras tambien te he incluido en mi lista de blogs, un abrazo y felices montañas

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